La teoría de que un libro es un soporte de vida refleja la profunda conexión entre la literatura y la existencia humana. Los libros, además de ser fuentes de conocimiento y entretenimiento, ofrecen una ventana a diferentes realidades y experiencias. A través de sus páginas, los lectores pueden explorar historias que enriquecen su comprensión del mundo y de sí mismos.
La afirmación de que «una vida sin letras no tiene sentido» subraya la importancia del lenguaje en nuestra comunicación y desarrollo personal. Las palabras construyen puentes entre individuos, permiten la expresión de emociones y pensamientos, y fomentan el aprendizaje. Sin el acceso a las letras, limitaríamos nuestra capacidad de imaginar, soñar y reflexionar.
En este contexto, los libros se convierten en herramientas esenciales para cultivar una vida plena. Nos enseñan lecciones valiosas sobre el amor, la pérdida y la resiliencia, lo que les otorga un papel fundamental en nuestro viaje vital.